¿Comes mejor? Tu cuerpo te lo agradece así

¿Comes mejor? Tu cuerpo te lo agradece así

Lo que nadie te dice cuando comes mejor:

El cuerpo responde a una buena nutrición y, si en el proceso, a veces no ves que la báscula «baje» todo lo que desearías, enfócate en otros síntomas que están mejorando tu cuerpo.

¡No es magia! Estos son los 5 primeros cambios que ocurren al alimentarte correctamente (no te fijes sólo en la báscula).

1. Mejora tu digestión.

Síntomas: menos inflamación/hinchazón, menos gases, mejora del tránsito intestinal.

¿Por qué ocurre? El aumento de la fibra (frutas, verduras, cereales integrales, legumbres) y la hidratación ayudan al sistema digestivo a funcionar con mayor eficiencia.

2. Aumento de la energía.

Síntomas: menos fatiga a lo largo del día, mayor concentración, mejor rendimiento físico y mental.

¿Por qué ocurre? Al consumir alimentos con mejor calidad nutricional (HC complejos, grasas saludables y proteínas de calidad), el cuerpo obtiene energía de forma más estable y prolongada. Tienes energía real todo el día.

3. Mejora tu piel y el sueño.

Síntomas: piel más clara y luminosa, menos brotes de acné, sueño más profundo y reparador.

¿Por qué ocurre? Una mejor nutrición apoya los procesos de regeneración celular y equilibra hormonas que influyen en la piel y el descanso. Duermes mejor y tu piel lo refleja.

4. Detoxificación natural. Tu cuerpo empieza a depurarse solo.

Síntomas: dolor de cabeza leve, cansancio transitorio, cambios en el aliento, sudor o heces.

¿Por qué ocurre? El cuerpo comienza a eliminar toxinas acumuladas a lo largo de los años, y eso puede generar síntomas temporales durante los primeros días o semanas. ¡No te asustes! Es sólo limpieza.

5. Mejora emocional.

Síntomas: cambios en el estado de ánimo. Tu humor mejora sin darte cuenta gracias a los alimentos que ingieres.

¿Por qué ocurre? Una alimentación equilibrada influye directamente en la producción de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, vinculados al bienestar emocional. Cuando te nutres bien, tu mente lo nota.

¿Por qué quieres cambiar tu alimentación?

¿Por qué quieres cambiar tu alimentación?

Cambiar tu alimentación puede ser una de las decisiones más importantes y transformadoras que tomes en tu vida, pero antes de hacerlo, es vital que te hagas una pregunta sencilla: ¿por qué quieres cambiar tu alimentación?

1. Define tu motivación real. Hazte estas 4 preguntas:

¿Es por salud?, ¿es por estética?, ¿es por influencia externa?, ¿es por bienestar emocional?

Entender tu motivo te ayudará a actuar con claridad y a buscar la mejor forma de alcanzar tus objetivos sin poner en riesgo tu bienestar físico o mental.

2. Evita los extremos o las «soluciones mágicas».

Estas prácticas puedes: alterar tu metabolismo, provocar deficiencias nutricionales o generar trastornos alimenticios.

Lo que funciona para una persona no puede ser perjudicial para otra. No todos los cuerpos responden igual. Las dietas milagrosas prometen resultados rápidos, pero muchas veces lo hacen a costa de tu salud.

3. Escucha a tu cuerpo y busca un enfoque individualizado.

Lo que necesitas depende de factores como la edad, el nivel de actividad física, los horarios de trabajo/estudio o la salud general.

Cada cuerpo es único, al igual que cada estilo de vida. No todas las «dietas saludables» son saludables para ti. Tu cuerpo, tu historia, tus emociones… importan.

4. Hazlo por ti, desde el respeto y el autocuidado.

Cambiar tu alimentación no debería ser una forma de castigo, sino un acto de amor propio. Alejarse del juicio, la culpa y la comparación es tan importante como elegir los alimentos adecuados. Busca equilibrios, nunca extremos.

5. Apóyate en profesionales de la salud.

Un nutricionista, dietista o médico puede ayudarte a establecer metas realistas, crear un plan equilibrado y personalizado y a supervisar tu progreso de manera segura.

Evita seguir consejos sin fundamento y sin formación profesional.

6. Recuerda siempre evitar estas acciones más comúnes.

Ten presente que es un error: hacerlo sólo por estética, copiar la dieta de otra persona o pensar que «comer sano» es sufrir.

Este proceso es una oportunidad para reconectar contigo y construir una relación más sana con la comida. Hazlo por las razones correctas, de manera consciente y con el apoyo adecuado. Tu salud es única, y tu nutrición también debería serlo.

3 Recetas post-entrenamiento

3 Recetas post-entrenamiento

Os dejo 3 recetas ricas y, además, rápidas y fáciles de hacer que, después de hacer ejercicio no suele apetecer mucho cocinar.

¿Qué alimentos vamos a introducir?

Hidratos de Carbono (HC): para la recuperación y para rellenar los depósitos de glucógeno.

Proteína: junto a los HC, ayuda a reparar el daño muscular post ejercicio (repara y reconstruye los tejidos dañados) y a mejorar la recuperación.

Vegetales: aportan vitaminas, minerales y agua que ayudan en la rehidratación y a su vez también en la recuperación.

1. LUBINA AL HORNO CON TRIGUEROS Y BONIATO

ELABORACIÓN:

En una bandeja de horno, ponemos una base de boniato (es posible que sólo con el tiempo que necesita el pescado no se termine de hacer el boniato y por eso, es buena idea meterlo unos minutos previamente en el microondas). A continuación, salpimentamos el boniato y ponemos la lubina cortada a la mitad y unos trigueros y lo llevamos al horno.

*El tiempo de horneado del pescado va a depender de su tamaño.

2. FAJITA DE POLLO CON VERDURAS

ELABORACIÓN:

En una sartén pochamos unas verduras (pimiento rojo y verde, cebolla, calabacín por ejemplo), y cuándo estén listas, añadimos un poco de tomate (opcional: picante).

Mientras se termina de hacer la verdura, cortamos el pollo en tiras y lo cocinamos.

Para terminar, cogemos una fajita y añadimos el pollo junto a las verduras (opcional: un poco de queso rallado). Finalmente, doramos la fajita en la sartén.

3. ENSALADA DE PATATA

ELABORACIÓN:

Primero cocemos la patata con agua y sal y dejamos enfriar. Una vez se haya enfriado, añadimos el resto de ingredientes:

– Hidratos de carbono (HC): patata

– Vegetales: 2-3 a elegir (canónigos, tomate y cebolla por ejemplo)

– Proteína: 2 a elegir (atún y huevo cocido por ejemplo)

– Grasas: 1 a elegir (aguacate por ejemplo)

Finalmente, adereza con aceite, vinagre y sal (o preparada una salsa).

 

La realidad de los Hidratos de Carbono (HC)

La realidad de los Hidratos de Carbono (HC)

Los hidratos de carbono (HC) no son un nutriente esencial (a diferencia de las proteínas y las grasas) ya que el cuerpo puede crear glucosa a partir de otros nutrientes, pero sí son importantes y sobre todo si haces deporte. Los HC aportan energía rápida, mejoran el rendimiento y protegen al músculo de su degradación.

La creencia o el mito de que los HC engordan es falso. No engordas por comer HC, engordas porque hay un superávit calórico (ingieres más calorías de las que gastas). Por ello, la clave para no engordar es tener un balance energétivo negativo (déficit calórico = ingerir menos calorías de las que gastas) y saber que tipo de HC y en que cantidad tomarlo (según tu objetivo).

En cuanto a cuando se toman los HC también es importante ya que metabolicamente no tienen el mismo impacto. Si se toman por el día, la sensibilidad a la insulina es mejor; si se toma por la noche, la tolerancia es peor. Esto no quiere decir que engorden más (ya que las calorías son las mismas tanto por el día como por la noche), pero el cuerpo lo gestiona distinto.

Pero, ¿sabías que puedes reducir los HC utilizables y que por lo tanto, la ingesta de HC por las noches sea mejor? Esto se consigue formando cociendo HC y dejándolos enfriar durante 24h. De esta forma, conseguimos el famoso almidón resistente. Este almidón va a provocar que haya menos HC utilizables en la fuente de HC que vamos a ingerir (buena idea si somos sedentarios), mayor saciedad, mejor digestión (reduciendo también la inflamación que pueden provocar algunos HC), mantiene la glucosa estable (evita picos de glucosa) y tiene un efecto prebiótico (mejora la salud intestinal y la microbiota).

Por lo tanto, ajusta tus HC en función de si eres sedentario o deportista:

Sedentario: alterna días con mayor y menor aporte de HC. Utiliza el almidón resistente junto a proteínas ya que esta combinación va a aumentar la saciedad. Además, el aumento en la ingesta de fibra (frutas y verduras) también va a colaborar en el aumento de la saciedad.

Deportista: prioriza HC fáciles de digerir (patata, arroz, boniato, noodles). Para la actividad física necesitamos energía, es decir, nos interesa que haya más HC utilizables por lo que en este caso, la opción del almidón resistente no es tan buena. Ingiere HC antes (3h antes aproximadamente) y después del entrenamiento/competición junto a proteínas (para aprovechar la ventana anabólica). Además, ingiere menos fibra antes de la actividad física ya que esta podría dificultad la absorción de los HC ya que la difestión sería más lenta.

Ensalada de gnocchis crujientes

Ensalada de gnocchis crujientes

INGREDIENTES:

  • ½ tomate o tomates secos
  • Zanahoria rallada al gusto
  • Puntas de espárragos blancos al gusto
  • 1 lata atún al natural
  • Queso cottage (3-4 cucharadas)
  • Canónigos
  • 100g gnocchis
  • Chorrito de AOVE
  • Opcional: 2-3 nueces
  • Especias (al gusto): sal, ajo en polvo, pimienta, orégano…

ELABORACIÓN:

Ponemos en la airfryer los gnocchis con un poco de AOVE, sal y las especias que queramos, y lo pones 10 minutos a 180ºC.

En un plato, ponemos una base de canónigos, la zanahoria rallada, las puntas de espárragos blancos, el atún, el tomate (o tomate seco), los gnocchis y 3-4 cucharadas de queso cottage, y terminamos con un chorrito de AOVE por encima. De forma opcional podemos añadir 2-3 nueces partidas.