Caso práctico. Lesión en fase 1 (aguda inflamatoria). Cómo calcular el gasto energético total y los macronutrientes

Caso práctico. Lesión en fase 1 (aguda inflamatoria). Cómo calcular el gasto energético total y los macronutrientes

¿Sabes que la nutrición, junto a la fisioterapia y la rehabilitación/ejercicio, puede influir en el tiempo que tardas en volver al campo y la forma en la que vuelves?

CASO PRÁCTICO. Lesión en fase 1 (aguda inflamatoria). Cómo calcular el gasto energético total (GET) y los macronutrientes.

Os presento el caso: Carlos es un futbolista semiprofesional de 25 años que mide 180cm y pesa 77kg (con un % graso de 9). Se ha roto recientemente en ligamentro cruzado anterior LCA) y ahora esta en su etapa de recuperación de 9-12 meses (en la fase 1: aguda inflamatoria que son los primeros 5 días post operación).

Si en esta fase Carlos no cuida su alimentación «como cuando no estaba lesionado y jugaba», lo más normal es que:

Gane grasa porque tiene menos actividad física y, por lo tanto, tiene menos gasto energético.

Pierda músculo porque baja la ingesta de proteínas porque no entrena como antes.

Retrase la cicatrización del ligamento por esa disminución de la ingesta proteica.

De esta forma, el resultado va a ser que vuelva más tarde y, además, el riesgo de recaída sea mayor.

En esta fase, y en todas las fases de la recuperación, el papel del nutricionista es muy importante porque:

Encuentra un equilibrio entre mantener la masa muscular y evitar ganar grasas a través de la alimentación ajustado las calorías y los macronutrientes.

Controla la inflamación sin bloquearla (de forma natural).

Aporta micronutrientes a través de los alimentos y los suplementos (si fuesen necesarios) que ayuden en la cicatrización y recuperación.

Prepara al paciente para volver más fuerte al campo.

1. Cómo calcular las calorías totales (GET)

Utiliza la fórmula de Mifflin-St. Jeor para calcular el metabolismo basal (la energía que gasto el cuerpo para sus funciones vitales). Al aplicarla, el metabolismo basal (MB) de Carlos es de 1775 kcal.

Para calcular el gasto energético total (GET), hay que multiplicar el MB por el factor de actividad (1,25 porque apenas entrena) y por el factor de inflamación (1,2). El resultado final GET de Carlos es de 2662 kcal diarias.

2. Cómo ajustar los macronutrientes

Proteínas: clave para no perder masa muscular, reparar el tejido dañado y una correcta cicatrización. En este caso, la ingesta de Carlos cuando no estaba lesionado era de 1,6-2,2g/kg/día, pero al estar lesionado, es ideal aumentar un poco más la ingesta. Por lo tanto, multiplicando la ingesta de proteínas (2,35g/kg/día) por el peso (77kg), nos da un resultado de 181g de proteínas al día.

Grasas: clave para crear hormonas y controlar la inflamación. La ingesta normal de Carlos cuando no estaba lesionado era de 1g/kg/día, pero al estar lesionado, es ideal aumentar un poco la ingesta de grasas y crear más hormonas que ayuden en la recuperación. Por lo tanto, multiplicando la ingesta de grasas (1,1g/kg/día) por el peso (77kg), nos da un resultado de 85g de grasas al día.

Carbohidratos: fuente de energía principal para evitar la pérdida de masa muscular y soporte en el sistema inmune. Normalmente los carbohidratos se calculan restando las calorías totales (2662 kcal) menos las calorías de las proteínas (185g x 4kcal/g = 740 kcal) y menos los calorías de las grasas (85g x 9kcal/g = 765 kcal). El resultado es de 1157 kcal de carbohidratos. Para saber cuántos gramos de carbohidratos se necesitan, hay que dividir 1157 kcal entre 4 kcal y nos da 289g de carbohidratos.

El resultado de ajustar las calorías y los macronutrientes es generar un plan nutricional equilibrado y en el que el balance energético sea 0. De esta forma, Carlos mantiene su composición corporal, reduce la inflamación sin interferir en ella, favorece una correcta cicatrización del ligamento y vuelve antes al campo, con más confianza y menos riesgo de recaídas.

 

 

El papel del nutricionista deportivo en las lesiones

El papel del nutricionista deportivo en las lesiones

«Si no entreno, no necesito cuidarme». Seguro que has oído o has dicho esto muchas veces, pero siento decirte que esta afirmación es errónea. Los inicios de temporada, dependen mucho de lo que hayas hecho en el periodo de reposo previo. Si en esta fase no has controlado la alimentación, no has hecho ejercicio y no te has cuidado, tienes muchas posibilidades de haber cogido algo de grasa, haber perdido masa muscular y sobre todo, más riesgo de lesionarte al inicio de temporada. Para ello, el papel del nutricionista deportivo es clave.

Si esto ya ha ocurrido, es decir, si ya te has lesionado, la nutrición es primordial para acelerar tu recuperación y volver más fuerte. El nutricionista deportivo te ayuda en el proceso de curación, en conjunto con la fisioterapia, el ejercicio controlado y el reposo/descanso.

Entre las funciones del nutricionista deportivo destacan:

Ajustar la energía a la nueva situación: ajusta tu plan nutricional a tus requerimientos energéticos para así evitar aumentar el porcentaje graso.

Favorecer la reparación de tejidos lesionados: aumenta la ingesta de proteínas para mantener/no perder masa muscular y así poder reparar el tejido dañado. Para ello, es importante seleccionar alimentos ricos en proteínas de alta calidad y en micronutrientes como las vitaminas C y D y los minerales como el calcio (Ca), el zinc (Zn) y el magnesio (Mg).

Controlar la inflamación y el dolor sin alterarlo: optar por alimentos con propiedades antiinflamatorias que ayuden en la recuperación es lo mejor. Entre ellos destacan los pescados azules (por el omega-3; EPA y DHA), frutas y verduras.

También es importante evitar frituras, ultraprocesados, azúcares refinados, grasas trans o medicamentos como los AINEs.

Dar soporte junto a la fisioterapia y la rehabilitación: el nutricionista deportivo coordina el plan nutricional con el fisioterapeuta, los médicos y el entrenador/rehabilitador en cada fase de la recuperación. Además, ajusta la suplementación si fuera necesaria.

Ayudar en la salud emocional y prevención de recaídas: con una dieta correcta, sin restricciones excesivas, educas al deportista con hábitos saludables que favorezcan su vuelta lo antes posible y, además, lo mantienes motivado a lo largo de todo el proceso.

 

La guía de las vitaminas que necesitas

La guía de las vitaminas que necesitas

¿Sabes lo que son las vitaminas y por que son esenciales?, ¿Sabes para que sirven?, ¿Sabes que no todas se comportan igual en tu cuerpo? Las vitaminas son pequeñas dosis de salud que tu cuerpo necesita cada día para llevar a cabo sus funciones.

Las vitaminas son un nutriente esencial para el organismo ya que se encargan de regular los procesos vitales. Se considera un micronutriente porque el cuerpo las necesita en dosis muy pequeñas. Aun así, son fundamentales para evitar problemas de salud generados por un déficit de alguna vitamina.

Se dividen en 2 grupos:

Vitaminas liposolubles (A,D,E,K): estas vitaminas se disuelven en las grasas y se almacenan principalmente en el hígado y tejido graso.

No se eliminan fácilmente por la orina por lo que su exceso puede provocar toxicidad.

Se encuentran en alimentos grasos de origen animal, frutos secos y aceitunas entre otros.

Vitamina A: sólo presente en alimentos se origen animal (aunque tiene precursores en alimentos se origen vegetal: beta-carotenoide). Tiene poder antioxidante y funciones en el crecimiento, en la función inmunológica y en la visión (sobre todo nocturna).

Vitamina D: es esencial para el desarrollo/mantenimiento óseo.

Vitamina K: tiene un papel importante en la coagulación sanguínea y ayuda en la cicatrización de las heridas.

Vitamina E: es un potente antioxidante y desempeña funciones en el sistema inmune, en la visión y en la fertilidad.

Vitaminas hidrosolubles (complejo B y C): estas vitaminas se disuelven en el agua y no se almacenan en grandes cantidades en el cuerpo. Por ello, son menos tóxicas que las liposolubles y son sensibles al calor y a la luz.

Se eliminan fácilmente por la orina y es importante consumirlas de forma regular a través de los alimentos.

Se encuentran en frutas cítricas, cereales integrales, legumbres y alimentos de origen animal entre otros.

Vitamina C: es un antioxidante, pero no puede producirse por sí sola y, por ello, hay que obtenerla a través de los alimentos o suplementos. Se encarga de fortalecer el sistema inmune, participa en la formación de colágeno y facilita la absorción de hierro.

Vitaminas COMPLEJO B: desempeña funciones importantes en el metabolismo celular, ayuda a la producción de energía y complementa el buen funcionamiento del sistema nervioso.

En la nutrición no sólo sirve contar calorías. Es importante aprender a nutrirse y a dar importancia a las pequeñas cosas.

 

Beneficios corporales al aprovechar la ventana metabólica

Beneficios corporales al aprovechar la ventana metabólica

Al hilo de la publicación, ¿Te alimentas bien después de entrenar?, aprovechar la ventana metabólica/anabólica después de hacer ejercicio provoca beneficios en tu cuerpo. Entre los síntomas destacan:

Mejor recuperación post ejercicio (menos fatiga) y más energía y mayor rendimiento para la próxima sesión. Eso se debe a que en la ventana metabólica el cuerpo esta especialmente receptivo para reponer el glucógeno muscular mediante la ingesta de carbohidratos gracias a una mayor sensibilidad a la insulina provocada por el ejercicio.

Mejor recuperación post ejercicio (menos fatiga, dolor e inflamación) y mejor reparación muscular para la próxima sesión. Eso se debe a que si en la ventana metabólica se consumen proteínas, se activan vías anabólicas relacionadas con la síntesis proteica que se encargan del proceso de reparación, reconstrucción y crecimiento muscular (después de hacer ejercicio, las fibras musculares están «dañadas» y es necesario repararlas).

Mejor recuperación post ejercicio gracias a una mejor respuesta hormonal en consecuencia de una eficiente reposición de glucógeno y una adecuada reparación muscular. Eso se debe a que en la ventana anabólica hay ciertas hormonas que están más activas/estimuladas (insulina, testosterona y hormona del crecimiento) y eso provoca una mayor sensibilidad a la insulina, y por tanto, un mejor transporte y absorción de nutrientes.

Por estos motivos, las 2 primeras horas post ejercicio son muy importantes ya que ayudan al cuerpo a recuperarse para poder rendir bien el próximo día.

¿Te alimentas bien después de entrenar?

¿Te alimentas bien después de entrenar?

Tu progreso no solo depende del entrenamiento. También depende de lo que comes después.

El entrenamiento no termina cuando sueltas las pesas o acabas de correr. Lo que ingieres dentro de las 2 primeras horas post ejercicio puede potenciar o frenar tus resultados.

Esta franja de 2h se conoce como ventana metabólica o anabólica y en ella el cuerpo está más receptivo a absorber nutrientes claves para la recuperación. Durante este tiempo:

– Tu cuerpo repone con mayor eficiencia las reservas de glucógeno muscular (que con el ejercicio se van agotando).

– También se ve favorecida la reconstrucción y la recuperación muscular provocando una disminución del daño generado durante el ejercicio.

– Hay una mejor respuesta hormonal para la regeneración muscular (más hormonas trabajan en la recuperación).

El error más común después de realizar una actividad física es no comer nada post entrenamiento y esperar a la comida o a la cena. Eso puede estar bien si vamos a comer o cenar en las 2h próximas horas, pero si no es asi, no es lo correcto.

Por todo esto, es importante aprovechar el momento en el que el cuerpo es más receptivo y aprovecha más los nutrientes que le damos.

¡Aprovecha la ventana metabólica/anabólica! De esta forma, tu cuerpo te lo va a agradecer.

¿Comes mejor? Tu cuerpo te lo agradece así

¿Comes mejor? Tu cuerpo te lo agradece así

Lo que nadie te dice cuando comes mejor:

El cuerpo responde a una buena nutrición y, si en el proceso, a veces no ves que la báscula «baje» todo lo que desearías, enfócate en otros síntomas que están mejorando tu cuerpo.

¡No es magia! Estos son los 5 primeros cambios que ocurren al alimentarte correctamente (no te fijes sólo en la báscula).

1. Mejora tu digestión.

Síntomas: menos inflamación/hinchazón, menos gases, mejora del tránsito intestinal.

¿Por qué ocurre? El aumento de la fibra (frutas, verduras, cereales integrales, legumbres) y la hidratación ayudan al sistema digestivo a funcionar con mayor eficiencia.

2. Aumento de la energía.

Síntomas: menos fatiga a lo largo del día, mayor concentración, mejor rendimiento físico y mental.

¿Por qué ocurre? Al consumir alimentos con mejor calidad nutricional (HC complejos, grasas saludables y proteínas de calidad), el cuerpo obtiene energía de forma más estable y prolongada. Tienes energía real todo el día.

3. Mejora tu piel y el sueño.

Síntomas: piel más clara y luminosa, menos brotes de acné, sueño más profundo y reparador.

¿Por qué ocurre? Una mejor nutrición apoya los procesos de regeneración celular y equilibra hormonas que influyen en la piel y el descanso. Duermes mejor y tu piel lo refleja.

4. Detoxificación natural. Tu cuerpo empieza a depurarse solo.

Síntomas: dolor de cabeza leve, cansancio transitorio, cambios en el aliento, sudor o heces.

¿Por qué ocurre? El cuerpo comienza a eliminar toxinas acumuladas a lo largo de los años, y eso puede generar síntomas temporales durante los primeros días o semanas. ¡No te asustes! Es sólo limpieza.

5. Mejora emocional.

Síntomas: cambios en el estado de ánimo. Tu humor mejora sin darte cuenta gracias a los alimentos que ingieres.

¿Por qué ocurre? Una alimentación equilibrada influye directamente en la producción de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, vinculados al bienestar emocional. Cuando te nutres bien, tu mente lo nota.